El Jardín Botánico de Edimburgo y el parque de Inverleith

Con más de 28 hectáreas pobladas de bosques, jardines y estanques, el Jardín Botánico de Edimburgo es un paraíso para los sentidos.

La entrada es gratis, así que, si en tu próximo viaje a la capital escocesa necesitas un paseo de esos que regalan paz y recargan energías, no busques más y acompáñanos.

¡Nos vamos a visitar el Jardín Botánico de Edimburgo y el parque vecino de Inverleith Park!

 Visitar el Jardín Botánico de Edimburgo

Nacido en 1670 como jardín medicinal, el centenario Royal Botanic Garden es uno de los oasis naturales más encantadores de Edimburgo.

Cómo llegar y puertas de entrada

El Jardín Botánico de Edimburgo está situado en el barrio de Canonmills, a apenas 1,5 km al norte del centro de la ciudad.

• Tiene dos puertas de entrada. Una es la East Gate, en Inverleith Row, una entrada al este de los jardines con una pequeña cafetería.
  La otra es la West Gate, en Arboretum Place, al oeste. En esta última encontrarás el centro de visitantes John Hope Gateway, con un restaurante, una tienda, baños y exposiciones.
  Para el paseo que te proponemos, visitando primero el jardín y luego el Inverleith Park, lo mejor es entrar por la East Gate y salir por la West Gate.
• Desde el centro de Edimburgo, puedes llegar en los buses de Lothian Buses en unos 10 minutos. Según la línea de bus, te dejará en una puerta o en la otra. Calcula el trayecto en Traveline Scotland o en Google Maps.
• También puedes llegar a pie. Desde Princes St, tardarás más o menos 30 minutos.

Entradas para el Jardín Botánico de Edimburgo

• La entrada es gratis y no tienes que reservar. En los jardines, encontrarás huchas en varios lugares para hacer un donativo.
• Los invernaderos son de pago.

Descubriendo el jardín y sus rincones

¿Preparado para adentrarte en el jardín? Aunque lo mejor es perderte por los senderos y explorar sin rumbo marcado, estos son algunos de los rincones que más disfrutamos siempre que vamos:

• El Rock Garden, en un montículo tapizado de flores y arbustos de todo el mundo por donde desciende una cascada hasta caer en un pequeño estanque.
  

  

• El Heath Garden, dedicado a la vegetación escocesa.
  

  

• El Woodland Garden, una zona boscosa con árboles colosales entre los cuales te sientes muy, muy pequeñito.
• El Chinese Pavillion, un pequeño pabellón de estilo chino rodeado de un lago y de flora de China.
• El Queen Mother’s Memorial Garden, un elegante jardín formado por cuatro áreas inspiradas en distintos rincones del mundo con un pequeño laberinto en el centro.
  
• El John Hope Gateway y su tienda. La tienda del Jardín botánico es uno de nuestros lugares favoritos para comprar algún recuerdo especial de Edimburgo y semillas, plantas y detallitos.
  

Algo que nos cautiva del Royal Botanic Garden es cómo cambia el jardín dependiendo de en qué estación lo visites.

El otoño es una época muy evocadora: entre la lluvia y el viento, el suelo resplandece con una espesa capa de tonalidades doradas.

La naturaleza se duerme poco a poco, aunque no en los imponentes invernaderos victorianos, donde más de 2.400 plantas, como palmeras, orquídeas y flores de loto, se resguardan del frío y te invitan a viajar alrededor del mundo y a disfrutar del color.

En el exterior, las plantas alpinas también despuntan entre hojas secas, ramas desnudas y contrastes rojos, amarillentos y violeta.  La quietud envuelve, durante unos meses, el jardín.

Hasta que, con el comienzo del año, los primeros rododendros se abren y las campanillas blancas tapizan el suelo, despertando a las plantas de su letargo invernal. Poco a poco, los colores invaden cada rincón.

Para nosotros, la primavera en Edimburgo es el mejor momento del año para disfrutar del esplendor del jardín, absorber el aroma de las lilas, prímulas y peonias y contemplar el espectáculo de color de los brezos.

Y, si viajas a Edimburgo en Navidad, en el Jardín Botánico te espera el Christmas at the Botanics, una serie de instalaciones que, al caer la noche, convierten el jardín en un mágico escenario repleto de luz, arte y sorpresas.

Tienes que comprar entradas a través de la web, y mejor con antelación: lleva solo unos años celebrándose, ¡pero el Christmas at the Botanics ya es uno de los reclamos más populares de las Navidades en Edimburgo!

Aun así, el Jardín Botánico de Edimburgo es una visita fantástica en cualquier momento. Y, siendo gratuita, ¡no hay excusa para no dedicarle un ratito de tu viaje!

Además, durante todo el año podrás sentarte a disfrutar de las vistas de Edimburgo. Son muchos los rincones tranquilos donde descansar o leer con la silueta de la ciudad de fondo.

Visitar el Inverleith Park

Si tienes una horita más tras visitar el Jardín Botánico de Edimburgo, sal por la puerta del oeste, por el John Hope Gateway, y cruza la carretera.

Al otro lado te espera Inverleith Park, un extenso parque urbano con distintas zonas.

Desde la parte más elevada, dedicada a varias pistas deportivas y a huertos, tendrás unas vistas muy bonitas de la silueta de Edimburgo y su castillo.

En el sur, bajando el montículo, encontrarás un estanque habitado por decenas de patos y cisnes siempre alerta, ya que muchos visitantes paran a darles trocitos de pan.

Desde el parque de Inverleith, un paseo de apenas 5 minutos te llevará hasta el animado barrio de Stockbridge.

¿Hambriento tras la excursión de hoy? Allí encontrarás un montón de restaurantes y pubs donde llenar el estómago antes de volver al centro de Edimburgo, en bus o caminando unos 15 minutos más.

Y, por supuesto, rincones tan coquetos como Circus Lane, una de las calles más fotografiadas de la ciudad.

¡Esperamos que esta excursión por el Jardín Botánico de Edimburgo y el parque de Inverleith te haya animado a descubrir estas zonas naturales!

Si sigues nuestros pasos, cuéntanos qué te pareció en los comentarios 🙂

Guía de Edimburgo actualizada en junio de 2022 y publicada por primera vez en octubre de 2013.