Viajar por Escocia es revivir la historia de ruinas y castillos, zambullirte en mil tonalidades de verde y marrón y explorar las callejuelas de algún pueblo tranquilo.
Pero también es acertar con la pronunciación de solo uno de cada cinco lugares, acabar el día con humedad hasta en los huesos y ceder el paso a rebaños de ovejas sin prisa.
Hoy recopilamos 10 cosas que pasan cuando viajas por Escocia. Están escritas desde nuestra experiencia, ¡pero nos encantaría que compartas tus anécdotas en los comentarios!
10 cosas que te pasarán en tu viaje por Escocia
Antes de empezar, te dejamos algunas guías útiles para preparar tu viaje:
- Preparativos para viajar a Escocia
- 36 consejos no tan típicos para tu viaje a Escocia
- Ruta de 10 días por Escocia: Highlands, la isla de Skye y Edimburgo
- 10 razones para viajar a Escocia al menos una vez en la vida
- ¿Cuál es la mejor época para viajar a Escocia?
1. Pronunciar los nombres de pueblos (muy) a tu manera
Te dispones a comprar billetes o a pedir indicaciones, dudas sobre cómo se pronunciará el nombre de ese lugar al que te diriges, haces caso al instinto…
Y, cuando tu interlocutor repite el nombre, te das cuenta de que lo habías pronunciado a tu manera. Muuuuy a tu manera. Nosotros, en especial, ni por casualidad acertamos con la acentuación de los nombres de pueblos y ciudades: siempre la colocamos en la sílaba equivocada.
Menos mal que los escoceses se lo toman con humor. Con pueblos llamados Ballachullish o Tighnabruaich, ¡seguro que ya están curados de espanto!
2. Sonreír para disimular que no has entendido nada
Si la pronunciación cuesta, entender el acento escocés también se las trae. Es cuestión de acostumbrarse, pero, en tu primer viaje por Escocia, es muy normal tener que pedir que te repitan lo que acaban de decirte…
O sonreír para disimular que no has entendido nada. Ahora nos reímos, pero lo cierto es que, cuando nos mudamos al país, ¡al principio nos costaba entender incluso los números!
3. Encontrar un atasco de ovejas
Otro clásico de viajar por Escocia: conducir por una carretera secundaria y encontrar la calzada invadida por un rebaño de ovejas.
Mientras tú vas reduciendo la marcha y las observas, ellas siguen poco a poco su camino y, de vez en cuando, alzan la cabeza y te miran con cara de ‘tranquilo, hombre, ¿qué prisa hay?’.
Aunque no podemos quejarnos: ojalá todos los atascos fueran como estos.
4. Pasar de maldecir el tiempo a (más o menos) ignorarlo
En muchos lugares, cuando miras por la ventana a primera hora de la mañana puedes hacerte una idea del tiempo que te espera.
En Escocia, en cambio, puedes levantarte con lluvia, irte de excursión convencido de que saldrás volando por el viento, disfrutar de un ratito de sol, volver a saludar a la lluvia… Y todo en cuestión de horas.
El tiempo escocés es tan cambiante que, aunque al principio lo maldigas e intentes adaptar tus planes, al final del viaje estarás tan curtido que ni las excursiones bajo la lluvia te asustarán, ni los cielos despejados te engañarán con sus falsas promesas.
Eso sí: es imprescindible que lleves la ropa y el calzado adecuados. La humedad está siempre presente y, si un día acabas con la ropa empapada, al día siguiente no se habrá secado.
5. Ver un perro conduciendo
¡Un perro conduc…! Ah, no, que va de copiloto. Como en el resto del Reino Unido, en Escocia se conduce por la izquierda, y, al principio, la mente te jugará malas pasadas.
Ya sea por cruzar la calle mirando hacia el lado equivocado o casi entra a una rotonda al revés (esto último podría estar basado en nuestra experiencia, pero jamás lo reconoceremos), por tener un lapsus momentáneo y tener que pensar en qué carril te toca colocarte…
6. Comer más sopa en una semana que en un año
Aunque no seas ‘sopero’, seguro que acabas cayendo en la tentación de este plato, que sirven en todos los restaurantes y cafeterías de Escocia como cura del frío y la humedad.
Las sopas escocesas tradicionales son el cullen skink (a base de pescado ahumado) y el cock-a-leekie (con pollo y puerros), pero tanto en el supermercado como en las cafeterías encontrarás una variedad enorme compartida con la gastronomía inglesa: tomate, minestrone, brócoli y queso azul, guisantes…
Al mediodía, en cualquier cafetería o restaurante puedes pedir la sopa del día acompañada de una rebanada de pan con mantequilla.
Aunque la prueba definitiva de que te has adaptado es pedir una sopa… ¡y un té para acompañar la comida!
7. Ser optimista con las distancias
Cuando abres el mapa de Escocia y comienzas a pensar en las posibilidades del viaje, la emoción por visitar tantos lugares como sea posible te llena de optimismo.
Seguro que te sentirás tentado a conducir muchas horas para poder abarcar varios paisajes, castillos y pueblos.
Pero cuidado, porque los trayectos en Escocia siempre acaban siendo más largos de lo que calculan herramientas como Google Maps.
No es extraño encontrar alguna carretera secundaria cortada, acabar por algún camino de cabras a 10 por hora o, simplemente, parar mil y una veces veces a lo largo de una ruta para contemplar el paisaje y sacar fotos.
Las horas de coche sirven de poco si al final no puedes disfrutar con calma de los sitios en los que paras.
Así que, si dudas de si el itinerario es viable o no, mejor centrarte en los lugares que más ilusión te hagan y dejar los demás para el siguiente viaje. ¿Qué mejor excusa para volver a Escocia?
8. Llegar a castillos y tiendas cuando acaban de cerrar
¿Alguna vez has llegado a un lugar que querías visitar justo cuando están echando el cierre? Ya sea un castillo que ha dejado de aceptar visitantes 30 minutos o 1 hora antes del cierre, o una cafetería que aparece como un oasis cuando estás muerto de frío… 5 minutos demasiado tarde.
En Escocia, por mucho que intentemos organizarnos, siempre nos acaba pasando con algún sitio. Entre lo que comentábamos en el punto anterior sobre las distancias y que la mayoría de cafeterías, castillos y museos cierra entre las 16:00 y las 17:00, a veces lo único que encontrarás abierto serán los pubs.
Qué remedio: ¡salud!
9. Enamorarte de un cementerio
Sí, reconocer que un cementerio te ha enamorado suena un poco extraño. Pero, más allá de reparos y tabúes, en Escocia existen cementerios tan fascinantes que podrías pasar horas explorándolos.
Contemplando las las lápidas, disfrutando de la calma y de la naturaleza que se abre paso entre la piedra…
En muchos de ellos encontrarás a otras personas haciendo lo mismo, convirtiéndolos en espacios compartidos entre los que ya no están y los que sí.
10. Querer quedarte a vivir en un B&B
Da igual que el B&B donde pasas la noche tenga una moqueta cubierta de quién sabe qué y ropa de cama con bordados de otro siglo.
Por la mañana, cuando te levantes y veas el desayuno que te espera, querrás quedarte a vivir allí.
Muchas veces, son los mismos dueños quienes preparan el desayuno y lo sirven en el salón, cubriendo la mesa de tostadas, cafés y zumos, cereales, porridge, salchichas… y asegurándose de que no te levantas hasta que no estás a punto de explotar.
Sé fuerte, despídete del B&B y sigue tu camino… ¡Toca alguna excursión para quemar las 3000 calorías!
¿Tienes anécdotas?
Te pasamos el turno: ¿tienes alguna anécdota de tu viaje por Escocia? ¿Añadirías alguna situación a esta lista? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
ORGANIZA TU VIAJE
ATRACCIONES
Ahorra en Edimburgo con el billete Royal Edinburgh
AEROPUERTO
Reserva el bus del aeropuerto al centro de Edimburgo
TOURS EN ESPAÑOL
- Disfruta de la visita guiada al Castillo de Edimburgo
- Reserva el Tour gratis por Edimburgo
- Reserva el Tour gratis de Harry Potter y Edimburgo
EXCURSIONES POR ESCOCIA
Reserva las más populares:
SEGURO DE VIAJE
Imprescindible. Usamos el de Heymondo con un 5 % de descuento.
Paga en £
Nuestra tarjeta favorita para viajar y ahorrar comisiones es Revolut, que ofrece 10 € de bienvenida aquí.
INTERNET UK
Compra una tarjeta con datos ilimitados y conéctate desde el primer minuto con un 5 % de descuento.
HOTELES
Consigue las mejores ofertas reservando hotel en Edimburgo con antelación.
Las Honest y box que hay por los pueblos fue de lo más curioso que vi 😉
¿Verdad? Cuando las vimos la primera vez casi no lo entendíamos, en la mayoría de sitios sería tan impensable eso de dejar incluso monedas o billetes para que la gente coja el cambio que necesite… Sin duda una de las curiosidades geniales del país 🙂
Siii, todo eso y más…
Enamorarme de TODOS los cementerios, convertirme en una adicta a las charitys, pedir un café “large” y tener para 4, que vuele el tiempo en los museos, tomar más tarta en una semana que aquí en tres meses, tener ya esos sitios preferidos los que volver siempre….
Es verdad, Marina, ¡menuda adicción las charities! Yo soy de las que entraría a todas, me encanta rebuscar y encontrar algún libro o tesoro 🙂
hola! hermoso blog y muy útil para futuros viajeros! Visitaremos Escocia el próximo Septiembre y nos gustaría hacer Irlanda y Gales también. Cómo es el tema de los ferrys? hay que sacar el ticket con anticipación? nuestra idea es alquilar un auto y viajar a nuestro aire y tenemos miedo de no encontrar lugar en el ferry para cruzar de Gales a Irlanda o de Irlanda a Escocia…
Muchas gracias!!!
¡Muchas gracias, Deborah! Nunca hemos cruzado entre Gran Bretaña e Irlanda así que no puedo ayudarte, espero que encontréis plazas en el ferry 🙂
excelente, lo del acento es super cierto
Pues me quedo más tranquila con lo del acento, porque yo volví traumatizada pensando que se me había olvidado hablar inglés!! Jajaja. Si es que no entendía ná! 😀
Un saludo y Felices Fiestas!
Jajaj, ¡suele pasar! 🙂
VERDADES COMO PUÑOS!!!!jajajaja!!!qué risas!!!a nosotros nos pasó todo eso en nuestra escapada a Escocia, tierra que nos enamoró y estamos deseando volver porque nos quedaron muchas cosas por ver, será por las distancias 😉 y los desayunos de los b&b eran locura total!!!! y las sopas!!! y la pronunciación!!!!……TODO!!!nos las deseamos para entender que un escocés en un pub de Portree nos estaba diciendo que había estado en Fuengirola,jajajajaja!!! nos ha encantado!!! un besazo!!!
Qué bueno lo de Fuengirola, jajaj. Me alegro de ver que no somos los únicos a quienes les pasan estas cosas, aventuras de viajar por Escocia! Espero que podáis volver 😀 ¡Un abrazo!
Me pasó de no entender nada! Mi inglés es el que estudié en el colegio, pero más o menos me las apaño para entender y que me entiendan… hasta que llegamos a Escocia y mi cara fue la de Mérida! No reíamos muchísimo porque mi marido no habla en inglés más que las mínimas frases de cortesía, pero entendía el inglés-escocés mejor que yo! así que yo lo miraba a él, que me traducía a español lo que había dicho nuestro interlocutor, y yo hacía lo mejor que podía para responder en inglés. Una risa. Felizmente nos han tocado gente muy simpática, como una señora en un negocio en Edimburgo, que intentaba denodadamente entender una palabra de lo que yo le decía… yo me disculpé con un “I´m very sorry, my english is VERY bad!” y ella respondió con una sonrisa diciendo “Your english is beautiful!”. Ay la amé en ese momento… 🙂 <3 Y sí, por supuesto, me enamoré perdidamente de Escocia.
Jajaj, es que al principio te quedas con una cara… Recuerdo una conversación que tuvimos con un conductor de autobús la primera vez, aunque más que conversación fue un monólogo, porque el pobre hombre nos repetía lo mismo una y otra vez y nosotros no entendíamos naada de nada. Por suerte, como dices, la gente suele ser muy amable 😀