Paseando por Edimburgo, te toparás con un sinfín de historias, anécdotas y detalles fascinantes.
Algunas saltan a la vista, mientras que otras se camuflan con el entorno, esperando a ser capturadas por alguien con los ojos bien abiertos… ¿Nos acompañas a descubrir estas 20 curiosidades de Edimburgo?
Curiosidades de Edimburgo
1. En Edimburgo no hay niebla; hay haar
En la costa este de Escocia, utilizan el término haar para describir una bruma densa y fría que se forma sobre el mar y que el viento arrastra hacia el interior.
En Edimburgo, es una niebla muy típica que cubre la ciudad muchos días. En inglés, a la niebla espesa también se la conoce a veces como pea soup (‘sopa de guisantes’).
El nombre se originó en Londres en la época industrial, cuando el humo de la quema del carbón se mezclaba con la niebla y daba como resultado un cielo de color amarillento, como una sopa. Así que ya sabes, en Edimburgo no hay niebla: ¡hay haar o sopa de guisantes!
2. Los ángeles de St Giles tocan la gaita
La histórica iglesia de St Giles, en la Royal Mile, es singular por muchas razones: entre ellas, sus inusuales angelitos, de los pocos en el mundo que tocan la gaita.
El más conocido es una escultura de madera tallada sobre el interior de la puerta de la Thistle Chapel, la Capilla del Cardo, aunque no es el único.
Este es uno de los lugares gratis en Edimburgo, así que no dudes en entrar. Muy cerca, también en la Royal Mile, fíjate en un restaurante llamado Angels with Bagpipes (‘Ángeles con gaitas’).
3. Edimburgo es la ciudad de las chimeneas… pero huele a pan
Viendo los tejados, resulta fácil comprender por qué en el pasado Edimburgo se ganó el apodo de Auld Reekie, ‘la vieja humeante’ o ‘apestosa’.
Y, aunque el humo ya no ennegrece la ciudad, las chimeneas se han convertido en una parte inconfundible de su silueta.
Aun así, la ciudad no huele a humo, sino que desprende un peculiar olor que recuerda al pan recién hecho, a la levadura o incluso a las palomitas.
Dicen que este aroma de cereales proviene de la malta y la cebada que se utiliza en las fábricas de cerveza que quedan en la ciudad (aunque solo unas pocas sobreviven, en el siglo pasado había muchísimas). ¡Cuéntanos si lo notas durante tu viaje!
4. En Rose Street sirven whisky y poesía
En cada jardinera de Rose Street, la calle peatonal que discurre paralela entre Princes Street y George Street, veréis inscrito el verso de un autor escocés.
Este, junto con algunos murales, es el homenaje que la ciudad rinde a la generación de poetas que durante los años 50 y 60 se reunía en las tabernas de esta callejuela para compartir ideas y debatir sobre literatura, muchos de los cuales lograron impulsar el idioma escocés a través de sus obras.
De hecho, son tantos los pubs donde tomar una cerveza o whisky en Rose Street, que a veces la llaman The Amber Mile, ‘la milla ámbar’.
5. En Edimburgo puedes tomar un café en una cabina de policía
Quizás las cabinas de policía, las police boxes, te suenen gracias a Tardis, la máquina del tiempo de la serie Dr. Who.
Aunque van desapareciendo, Edimburgo es una de las ciudades donde sobreviven más cabinas de policía, y a casi todas se les ha dado una segunda vida: hoy en día, muchas de ellas son curiosas cafeterías callejeras (y, ¿quién sabe?, tal vez máquinas del tiempo encubiertas).
En el artículo sobre las police boxes, las cabinas de policía escocesas, te contamos más sobre esta curiosidad.
6. Antes de un examen, frota el dedo gordo de David Hume
Si paseas por la Royal Mile, no te olvides de frotar el dedo gordo del pie de la estatua del filósofo escocés David Hume.
Dicen que trae buena suerte en los exámenes y atrae la fortuna en general y, desde que la estatua se inauguró en 1997, son muchos los que siguen a diario esta extraña costumbre. ¡Así de gastado tiene el dedo el pobre Hume!
7. James Bond estudió en Edimburgo
Según escribió Ian Fleming en la duodécima novela de James Bond, Solo se vive dos veces, el agente 007 estudió en Edimburgo.
Fue en el prestigioso Fettes College, una espectacular escuela privada situada cerca del Jardín botánico por la que han pasado personalidades como Tony Blair.
Además, ¿sabías que Edimburgo es el hogar de nacimiento de uno de los 007 más queridos del cine, Sean Connery? Nació en el barrio de Fountainbridge y, antes de convertirse en actor, trabajó como socorrista en el barrio de Portobello y como repartidor de leche en el barrio de Stockbridge.
8. Un aparcamiento conecta con el universo paralelo de Kymaerica
Si caminas por Heriot Place, quizás repares en una curiosa placa situada dentro del aparcamiento del Edinburgh College of Art. Aparentemente conmemora un hecho histórico, pero… ¡nada de lo que cuenta es real!
Se instaló durante el Festival de Edimburgo en 2008 y forma parte del proyecto artístico Kcymaerxthaere. Kymaerica es un universo paralelo al nuestro con una mitología propia: personajes, historia, dioses, lengua…
El creador, el artista Eames Demetrios, instala placas en rincones cotidianos de grandes ciudades conmemorando episodios históricos de ese mundo imaginario. En este caso, la placa nos cuenta cómo dos enamorados de Kymaerica se besaron junto a las viejas murallas de Edimburgo.
9. El Parlamento de Edimburgo, polémico y poético
Si mencionas a un edimburgués el Parlamento escocés, diseñado por el arquitecto Enric Miralles e inaugurado en 2004, pronto te darás cuenta de que es una de las construcciones más controvertidas de Edimburgo.
En parte, por su diseño, y en parte, también, porque se levantó con años de retraso y porque el presupuesto acabó siendo muy superior a lo que se había previsto.
Las formas del Parlamento quieren simbolizar y fundirse con el patrimonio natural escocés, y en una de las paredes, la Canongate Wall, puedes leer 26 citas y versos acerca de Escocia. Más información: «Edimburgo gratis».
10. La puerta del fin del mundo
En los tiempos en que Edimburgo todavía estaba amurallada, si hubieras querido visitar el burgo vecino de Canongate (que hoy en día forma parte de la capital escocesa) habrías usado la puerta de acceso situada en la Royal Mile.
Sin embargo, para los vecinos de la época no era tan sencillo: si salían, tenían que pagar un impuesto para volver a entrar a Edimburgo.
Muchos no podían permitírselo y, por lo tanto, jamás cruzaron la muralla. Su mundo terminaba allí, por lo que esa puerta comenzó a conocerse como the world’s end (‘el fin del mundo’).
Hoy en día, en ese lugar de la Royal Mile encontrarás un callejón y un célebre pub con el mismo nombre.
11. Muchas ‘brujas’ murieron ejecutadas en Edimburgo
Cientos de visitantes pasean día tras día por la explanada frente al castillo de Edimburgo, pero pocos son conscientes de que aquí se llevó a cabo un gran número de ejecuciones públicas.
La Fuente de las Brujas, en un rincón de la explanada, es un homenaje a las casi 300 personas* que en Escocia se ejecutaron por brujería entre 1563 y 1722, la mayoría mujeres.
Edimburgo fue la ciudad con más ejecuciones por brujería de Escocia: la mayoría de supuestas brujas morían estranguladas antes de quemarse en la hoguera en Castlehill.
* El número de personas ejecutadas por brujería en Escocia es incierto, pero uno de los últimos estudios de la University of Edinburgh documenta casi 300 ejecuciones y 3.837 acusados.
12. Sherlock Holmes nació y murió en Edimburgo
¿Sabías que Arthur Conan Doyle, creador del mítico detective Sherlock Holmes, nació en Edimburgo? En concreto, en la calle Picardy Place, donde una estatua lo recuerda.
Pero aquí no acaba la conexión de la capital escocesa con el detective. Aunque en la ficción Sherlock Holmes vivía en Londres, el personaje que inspiró a Conan Doyle a imaginar a Sherlock vivió y murió en Edimburgo.
Él era Joseph Bell, profesor de Arthur Conan Doyle cuando éste estudiaba medicina en The University of Edinburgh.
Bell reunía todos los atributos que su alumno esbozó en el detective: era muy conocido y admirado por su método analítico y por las deducciones que hacía a través de la observación precisa de los individuos.
Está enterrado en el cementerio de Dean, y en el museo Surgeon’s Hall Museum se cuenta parte de su historia. También te contamos más en Edimburgo, ciudad de la literatura.
13. En Edimburgo puedes ver uno de los pocos ejemplares de ajedrez medieval del mundo
Una de las obras más fascinantes del Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo, es el Ajedrez de Lewis, uno de los pocos ejemplares de ajedrez medieval que existen.
Las piezas están hechas de colmillo de morsa y se descubrieron en 1831 en la isla de Lewis y Harris, aunque se cree que se tallaron en Noruega en el siglo XII.
Existen muchas teorías acerca de cómo llegaron a Escocia, pero la historia sigue envuelta en misterio.
En Edimburgo puedes ver 11 hombrecitos; el resto están repartidos entre el Lews Castle, en la isla de Lewis, y el British Museum de Londres (todos gratuitos).
14. Los cementerios de Edimburgo están equipados contra el robo de cadáveres
El cementerio de New Calton, junto a la colina de Calton Hill, es uno de los lugares de Edimburgo en los que todavía puedes ver una torre de vigilancia destinada a prevenir el robo de cadáveres.
Esta macabra práctica estaba muy extendida en la Escocia del siglo XVIII y XIX: los body snatchers robaban los cadáveres recién enterrados para venderlos a las escuelas de medicina, que los usaban para la disección en las clases de anatomía.
15. Sigue la flecha y llegarás a Júpiter
Si estás en Edimburgo y quieres ir a Júpiter, no tienes más que seguir la flecha…
Según esta señal y obra de arte de Jupiter Artland, un sorprendente jardín escultórico situado en las afueras de Edimburgo, ¡el planeta tan solo está de 893 a 964 millones de kilómetros de distancia!
16. Los bancos de Edimburgo llevan dedicatorias
Una de las curiosidades de Edimburgo (y del resto de Escocia) que nos encantan son las dedicatorias en los bancos. Fíjate y verás que, en los parques y jardines, la mayoría llevan una placa metálica dedicada.
Algunas conmemoran a colectivos o personajes públicos, como la que recuerda a John Lennon en los jardines de Princes St.
Pero las más entrañables son, sin duda, las que la gente dedica a amigos y familiares fallecidos para que una parte de ellos quede para siempre en ese lugar.
17. El misterio de las esculturas de papel
En marzo del 2011, los trabajadores de la Scottish Poetry Library encontraron una intrigante escultura de papel construida a partir de páginas de libros con una nota anónima.
En ella, se leía: «Sabemos que una biblioteca es mucho más que un edificio lleno de libros… que un libro es mucho más que una página llena de palabras… Esto es para vosotros, por respaldar las bibliotecas, los libros, las palabras, las ideas…».
En los meses siguientes, otras preciosas esculturas de papel acompañadas de notas aparecieron en otros puntos culturales de Edimburgo y Escocia, desde museos hasta bibliotecas, dando las gracias por promover la lectura.
Algunas de las obras de la misteriosa autora (se sabe que es mujer) están expuestas en la National Library de Edimburgo.
18. Hogar de los primeros billetes del Bank of Scotland… y un millón de libras
Los bosques de Colinton Dell, al suroeste del centro de Edimburgo, conforman uno de los tramos más idílicos y con más diversidad natural del río Water of Leith.
Hoy Colinton es un barrio residencial, pero antaño era una aldea molinera y, junto al río, puedes ver todavía las ruinas de algunos de los molinos, donde se fabricó el papel para imprimir los primeros billetes del Bank of Scotland.
Si lo que quieres es ver los billetes más antiguos de Escocia o un billete por valor de 1 millón de libras, dirígete al Museum on the Mound, en el centro de la ciudad (gratuito).
19. Harry Potter creció y se despidió en Edimburgo
En 1995, J.K. Rowling se sentó por primera vez en un rincón de la cafetería The Elephant House a continuar los primeros capítulos de una novela que llevaba tiempo gestándose en su imaginación.
Las primeras entregas de Harry Potter se escribieron en la capital, y en 2007 Rowling también terminó el último libro de la saga en Edimburgo, en una habitación del hotel Balmoral.
Más de 20 años después, no es difícil sumergirte en la magia viendo desde la ventana de The Elephant House el Castillo de Edimburgo y el cementerio de Greyfriars.
20. El Gobierno escocés ocupa el lugar de una antigua cárcel
La cárcel de Calton, a los pies de Calton Hill (en la foto, en primer plano) fue descrita en repetidas ocasiones como la peor cárcel de Escocia por las condiciones infrahumanas en que vivían los presos mientras esperaban la ejecución.
Jules Verne se refirió a ella, cuando visitó la ciudad en 1859, como «una ciudad medieval en miniatura».
Se derribó en 1930, y curiosamente hoy su lugar lo ocupa la sede del Gobierno escocés, Saint Andrew’s House. La único que sobrevive de la cárcel es la puerta de una de las celdas, que se trasladó a la taberna The Beehive Inn, en Grassmarket.
Cuéntanos, ¿qué otras curiosidades de Edimburgo conoces? ¿Qué es lo que más te sorprendió de la ciudad?
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Hola Angie:
del o1 al 4 de marzo 2024 visitaré, junto con mi hijo, la ciudad de Edimburgo y me encantó leer las 20 curiosidades, seguro me ayudarán mucho a disfrutar la ciudad.
Tengo algo especial con Escocia, sólo he ido una vez pero pienso regresar. Me ha encantado leer tus curiosidades, sin duda es una de las ciudades con más magia y misterios del mundo. En mi corta visita una de las cosas que me llamó la atención fue la historia del perrito bobby, estaría genial leerlo de tu mano ya que es encantadora. Y otra curiosidad que jamás pude descifrarla fue que la escultura del caballo que hay en la placita del ayuntamiento dicen que tiene algo especial, que tiene un fallo porque tuvieron prisa en su entrega, pero por más vueltas que le daba a la estatua no daba con el error, ojalá puedas quitarme esa espinita!. Un saludo!!!
Acabo de regresar de Edimburgo, y leo encantada tus crónicas que me hicieron recordar mucho de lo visto. Un lugar para retornar.
Gracias!!!
Me alegro, Mercedes, ¡muchas gracias a ti por pasar por aquí!
Hola Angie está semana santa veamos a Edimburgo un grupo de 19 personas creo que nos va a servir tu información muchas gracias
¡Muchas gracias por leerme, Manuela! Espero que fuera genial el viaje 🙂