A los acróbatas de la distancia

Dos billetes de avión dicen que, justo un año después de haber aterrizado en nuestro nuevo país, volveremos a pisar tierra familiar por unos días.

Es la fracción de un regreso, una visita que despierta alegría e inquietud: ¿cuánto habrá cambiado? ¿Cómo será la sensación de volver para volver a marcharnos? En un año se condensa todo lo previsible, todas las estaciones y celebraciones del calendario (las de siempre, y también las que adoptas por primera vez).

También lo inesperado: el nacimiento de alguien a quien no tomarás en brazos en sus primeros meses de vida, la muerte de alguien de quien no podrás despedirte, la tristeza y el optimismo, los cambios que nos alimentan a todos.

Doce meses lejos dan para todos los terremotos y rutinas posibles, y aun así, siempre hay un hilo que te conecta al otro lado del mundo y, en la distancia, te sostiene.

Los amigos, los compañeros, los conocidos… Y, sobre todo, la familia. Un año no tendría el mismo significado sin los padres, hermanos, tíos o abuelos que siempre sostienen la cuerda, estés donde estés.

A los acróbatas de la distancia

Acrobatas de la distancia Mas Edimburgo
Mapa de Mio Sallanto.

 

A todos ellos, gracias.

A los que nos despertaron la curiosidad por el mundo y nos despidieron en el aeropuerto, aunque dejarnos marchar fuera difícil.

A los que abrieron un mapa y buscaron el nombre del país, la ciudad, el pueblo al que a partir de ahora su vida también estaría ligada de alguna forma.

A los que aprendieron a usar Skype a tropezones, hasta que después de muchos micrófonos fallidos, imágenes congeladas y cámaras apuntando al techo se convirtieron en maestros de las tecnologías.

A los que siempre están listos para mandarnos un paquete de tesoros del hogar en forma de comida, y aunque no sea posible (a veces los océanos de por medio y los controles de aduanas se empeñan en ponerlo difícil), siguen recordándonos que, si pudieran, nos enviarían media despensa.

A los que escuchan con paciencia nuestras batallas y dificultades, sabiendo que empezar de cero no es un fracaso y que con el tiempo todo (el trabajo, ese piso que cae a pedazos, el día a día improvisado) será mejor.

Viajar en buena compañia Snoopy
No es a dónde vas; es con quién viajas.

Y a los que viven como suyos nuestros aprendizajes y alegrías.

A los que invirtieron en nuestro futuro y comprendieron que no siempre está en un sitio fijo.

A los que nunca hubieran imaginado ser abuelos o tíos en la distancia y, a pesar de la añoranza, lo son con una sonrisa y una determinación que atraviesan pantallas.

A los que siempre nos ven con buenos ojos y nos recuerdan lo guapos que estamos, aunque acabemos de despertar y estemos bostezando en pijama frente a la cámara.

A los que han visto mil y un anuncios de la Navidad en familia y, aun así, saben bien que es un lujo que a veces ningún turrón, café o colonia puede comprar.

A los que siempre piensan que podrían ayudarnos en algo y, aunque les aseguremos que no nos falta nada, no se dejan convencer y siguen cavilando. A los que siempre tienen un pensamiento para nosotros.

A los que nos acompañan y comparten con nosotros el mundo, aunque lo miremos desde extremos distintos.

A los que nos regalaron un empujón en vez de un reproche, aunque por dentro tuvieran tantas dudas como nosotros.

A los que nos enseñaron que podíamos en vez de enseñarnos a tener miedo…

A los acróbatas de la distancia.

Gracias por sostener el vaso que sirve de teléfono al otro lado de la cuerda. Sin vosotros, ni el tiempo se mediría igual ni poder regresar por unos días tendría el mismo valor. Gracias a todos los que equilibráis la brújula y hacéis que, mucho más que expatriados… seamos afortunados.

Qué afortunado soy de tener a alguien que hace que decir adiós sea tan difícil
‘Qué afortunado soy de tener a alguien que hace que decir adiós sea tan difícil’.

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36 thoughts on “A los acróbatas de la distancia”

  1. Maravillosas tu palabras!!! Vivimos ésto de ambos lados. Hace muchos años dejamos nuestro país, nuestras familias y nuestros amigos y cruzamos el océano, con nuestros hijos para radicarnos en Francia. Hoy son nuestros seis hijos quienes volaron lejos y nosotros los “acróbatas de la distancia”. y aunque nadie lo comprenda somos felices.

  2. Que puedo decir de este “ARTICULO” perdon que lo ponga entre comillas y en mayúsculas, pero no se cómo describirlo, sino como parrafos que me dejaron el mismo nudo de cuando mi hermana regresa a su nuevo pais, o cuando estudiaba venía en sus vacaciones y debía regresar al país donde estudiaba (que estaba al otro lado del mundo), o cuando mi papá se iba. En fin felicidades por tan emotivo articulo y poder amarrar tantos sentimientos en unas líneas. Ah y no puedo dejar de mencionar que lo del skype se me hace tan familiar, pues mi mamá así fue que se involucró con la tecnología, para poderse comunicar con mi hermana. La frase que esta al final: “que afortunado soy de tener a alguien que decir adios sea tan difícil”, lo resume todo!

  3. Agie, muy bonito todo lo que escribes, lo leo como una poesia, lo mas que me gusta es que dejas entrever la realidad de las cosas, sin dejar de ver su lado positivo.
    Por otro lado, estoy en la toma de decision de mudarme des PR a EU con mis 4 chicos, aun no elijo la ciudad, pero en esas estoy, como dices es dificil el comienzo pero por algo hay que empezar.

  4. Talento y adelante que la juventud preparada para volar, debe continuar aportando desde lo mas elemental a este genero de humanos que con su ejemplo respetaran el mundo donde estén. Adelante hijo vuela mas alto y deja tu propia huella.

  5. Menuda pechá de llorar. Se lo he tenido que enviar a mis padres y tambien estan llorando. Tienes un don. No lo pierdas.

  6. Increíble mensaje, lleno de sentimiento y de situaciones ciertas, mis tres hijos ya volaron a otros sitios y cuanta falta nos hacen!!!, siempre esperando que puedan venir unos días con sus hijos, nuestros nietos y con nuestro encuentro cuando seamos nosotros quienes vayamos a verlos. En resumen amor, amor , amor para todos. Gracias por ese lindo mensaje.

  7. Les dimos alas……y volaron, dos hijas y cada una en un pais que no es el suyo, orgullo porque las educamos para ser personas en cualquier lugar y mucha tristeza porque estar lejos nunca será igual,
    Necesito una app táctil para abrazar a mi nieto en la distancia.

  8. Mi hijo quiere viajar a Venezuela conocio una chica por internet hace un año se hicieron amigos y quieren conocerse personalmente yo aterrorizada no quiero que viaje.

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