Oporto: Guía de fin de semana con rutas

Visitar Oporto en 2 días

Oporto es una de esas ciudades que no tienes la sensación de visitar: es ella quien te envuelve a ti. Porque, sin grandes atractivos turísticos, llegar a Oporto es sumergirte en su atmósfera, en un amasijo de calles sombrías, cuestas y desniveles que se muestran sin maquillaje ni pudor, decrépitas, coloridas, sucias y antiguas.

La segunda ciudad gran portuguesa parece flotar en el pasado y no haber sucumbido a las trampas modernas. Si esperas autenticidad, te sorprenderá encontrar calles que, por momentos, casi parecen olvidadas a su suerte. Pero la franqueza decadente de Oporto cautiva, te arrastra a caminarla escaleras arriba y cuestas abajo, siguiendo los reflejos del río Duero y el aroma del pescado o de la colada recién tendida, el murmullo de la radio escapando de una ventana abierta…

Es una ciudad ideal para visitarla en un fin de semana, así que hoy te contamos qué ver en Oporto en dos días. Boa viagem!

1. Cómo llegar al centro de Oporto desde el aeropuerto

El aeropuerto de Oporto, conocido como Aeropuerto Francisco Sá Carneiro (OPO), se sitúa a 10 km al norte del centro de la ciudad.

• La manera más fácil de llegar al centro de Oporto es el metro. La línea E (Estádio do Dragão – Aeroporto) sale desde el mismo aeropuerto y te deja en el centro en unos 25-30 minutos. Verás que hay máquinas para comprar el billete, pero ten en cuenta que solo aceptan efectivo o tarjetas portuguesas, y que necesitarás saber en qué parada quieres bajarte, porque los billetes tienen distintos precios según la zona a la que vayas. Llegar hasta la céntrica estación de Trinidade (zona 4) nos costó 2,45 € por persona. Una vez comprado el billete, valídalo en las máquinas amarillas. Metro de Oporto.
• Si prefieres un taxi, el trayecto hasta el centro es de unos 20 minutos, y el precio, de 20 a 30 €.
• A la vuelta, si tu avión sale pronto, puedes tomar uno de los buses de Terravision, que circulan desde la madrugada.

2. Cómo moverte por Oporto

¡A pie! Si te gusta caminar, Oporto es una ciudad muy agradecida. Sí, está plagada de desniveles, y te hartarás de subir y bajar cuestas, pero es de aquellas ciudades que despliega sus encantos a quienes la pasean. Además, el centro histórico es pequeñito.

Por ponerte un ejemplo entre lugares turísticos, desde la estación de São Bento (norte) hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia, cruzando el río Duero (sur) hay 20 minutos andando; y desde la Universidade do Porto (oeste) hasta la Rua de Santa Catarina (este), 15 minutos. Además, puedes usar:

• Tranvías (Porto Tram City Tour). ¿Te hace ilusión subir a un clásico tranvía? Los que sobreviven en Oporto, los elétricos do Porto, se han adaptado al turismo. El billete sencillo cuesta 2,5 € (8 € para viajes ilimitados en un día) y se compra a bordo. Hay tres líneas:
• • La Linha 1 es la que más se aleja. Conecta la Ribeira con el Jardim do Passeio Alegre siguiendo la orilla del Duero en un trayecto pintoresco.
  • La Linha 18 conecta el centro con la zona de Massarelos, en el oeste.
  • La Linha 22 es la más turística: recorre todos los puntos de interés del centro y te acerca al Funicular dos Guindais.
• Funicular dos Guindais. También muy encarado al turismo gracias a las bonitas vistas que ofrece, este funicular baja la cuesta desde el barrio alto de Batalha hasta la Ribeira, a los pies del puente de Luis I, en unos 3 minutos. Cuesta 2 €.
  
• Teleférico de Vila Nova da Gaia. Al otro lado del Duero está Vila Nova da Gaia, la ciudad donde se encuentran las famosas bodegas de Oporto. Toma el teleférico (5 € + regalo de una cata de vino), que te sube desde la ribera del río hasta la parte superior del puente de Luis I y por el camino te ofrece unas vistas preciosas.
  
• Bus turístico. Desde la Praça da Liberdade salen varias líneas de buses turísticos que recorren Oporto (10 € – 13 € por día). Nosotros aprovechamos para tomar uno en una mañana lluviosa para visitar las afueras y las áreas de Nevogilde y Foz do Douro, en la costa del Atlántico.
• Metro. Las líneas se distinguen por los colores y letras (A, B, C, D, E, F) y cubren la ciudad y las afueras. La tarjeta de transportes de Oporto se llama Andante y la puedes comprar en las máquinas de las estaciones. El precio depende de cuántas zonas recorras. Aunque las estaciones no tengan tornos de seguridad para entrar, antes de subir recuerda que es obligatorio validar el billete en las máquinas amarillas.

3. Dónde dormir en Oporto

En Oporto encontrarás hoteles para todos los bolsillos. Por un lado, incluso en el centro de la ciudad abundan las pensiones y albergues muy económicos. Por el otro, también hay hoteles de lujo con los precios por las nubes. Esta variedad en la oferta te da mucha libertad de elección.

Nosotros nos decidimos por un apartamento de Airbnb (Mario’s B&B), que también encontrarás a montones en el centro de la ciudad, y a muy buenos precios. Dos noches en un apartamento de 3 personas nos costaron, en total, 100 €; es decir, unos 17 € por persona y noche.

• Lista de hoteles, pensiones y albergues en Oporto
• 35 € de descuento en Airbnb

4. Presupuesto de un fin de semana en Oporto

A ojos de los visitantes, Portugal es un país barato, y Oporto es un buen ejemplo de ello. Es cierto que, en las áreas turísticas, puedes encontrar precios parecidos a los de cualquier ciudad española, pero incluso allí, si dedicas unos minutos a buscar darás con cantidades bajas.

Qué comer en Oporto

¿Eres de los que disfruta devorando platos de la gastronomía local? En ese aspecto, la ciudad te encantará: en Oporto se come en abundancia, bien, y por poco dinero.

• La especialidad de Oporto es el bacalao (bacalhau) cocinado de mil y una formas, además de otros muchos tipos de pescado y, por supuesto, las famosas sardinas.
• Otro plato típico de Oporto es la francesinha, una bomba para el estómago que se prepara con rebanadas de pan de molde rellenas de embutidos y carne, bañadas en queso fundido y salsa picante y, a veces, rematadas con un huevo frito. Y que no falten unas patatas fritas para acompañar. ¡A digerir! Puedes encontrarla por unos 8 €. Para seguir con lo carnívoro, prueba las bifanas, bocadillos de carne de cerdo con salsa picante (unos 3 €).
• Toda comida empieza con una sopa, que en los restaurantes puede costar tan poco como 1 € o 2 €.
• ¿Un vino de Oporto para endulzar la comida? Una copa ronda los 2 €. Aunque los portugueses también son muy aficionados a los zumos naturales, que pueden costarte sobre 2 € o 3 €.
• Los menús del mediodía van desde 6 €, en los restaurantes y bares tradicionales, hasta 12 € en lugares con una carta más elaborada.
• Lo único que tienes que elegir es: ¿carne o pescado? El acompañamiento suele ser arroz o patatas fritas.
• Los vegetarianos nos las tenemos que ingeniar para encontrar restaurantes donde comer, tal es la devoción de la ciudad por el pescado y la carne. Por suerte, muchas veces las sopas son de verduras.
• De postre, tienes que probar las natas, los deliciosos pastelitos de crema. La mayoría de piezas de repostería (croissants, bizcochos, pastelitos…) cuestan de 0,80 € a 2 €.
• Cuidado con los aperitivos. Cuando te sientas en un restaurante, lo primero que te sirven son aperitivos en forma de panecillos con mantequilla, aceitunas… Ten en cuenta que no son gratis, te los añadirán de manera individual en la cuenta.

Monumentos en Oporto

Oporto no es una ciudad monumental en la que saltes de una visita a la siguiente, así que las entradas no influyen demasiado en el presupuesto del viaje. Hay algunos museos, aunque la mayoría fuera del centro histórico, y algunas iglesias, mercados y estaciones de acceso gratuito.

Así que es probable que solo gastes en subir a la Torre dos Clérigos (3 €), visitar la librería Lello & Irmao (3 €) o descubrir una de las bodegas de Vila Nova de Gaia (sobre 5 € – 10 €). Añádele el precio del funicular, el teleférico o el tranvía y, aun así, la suma final es baja.

Coste total de un fin de semana en Oporto

5. Qué ver en un fin de semana en Oporto

¿Qué ver en Oporto? Fachadas cuyo color empieza a desportillarse, azulejos de colores debilitados por el sol y la lluvia, una vecina que tiende la ropa ajena a los turistas que la contemplan a ella en su cotidianidad, cristales rotos, hogares abandonados donde se apilan las runas… Y, en la puerta de al lado, un puñado de hombres que charlan pausadamente y marcan el ritmo de un día más.

Como ya apuntamos, esta es una ciudad para callejearla y saborear sus momentos cotidianos. Aquí tienes dos rutas por Oporto para recorrer el centro en un par de días.

Día 1: centro histórico, Ribeira y Vila Nova da Gaia

Ruta por Oporto 1: marcada en el mapa en color naranja

• Empezamos el día en la Avenida dos Aliados. Aquí los majestuosos edificios alojan bancos, pero en las calles vecinas hay pequeñas tiendas y talleres de todo tipo.
• La Praça da Liberdade y el McDonald’s más bonito del mundo. En el extremo sur de la Avenida dos Aliados está la Praça da Liberdade, desde donde salen los buses turísticos y al aeropuerto. Y una de las curiosidades de Oporto: ¡el McDonald’s más bonito del mundo! Lo reconocerás por el águila en la entrada: entra y entenderás a qué nos referimos. Este era el hogar del Café Imperial, una majestuosa cafetería de los años 30, y tras reformarla, hoy puedes pedirte un Big Mac (¡o una nata!) entre candelabros y vitrales de colores.
• La maravillosa estación de São Bento es la siguiente parada. Aunque no esperes ningún tren, entra al vestíbulo, iluminado por las vidrieras y revestido con veinte mil azulejos en los que el pintor Jorge Colaco cuenta episodios de la historia de Portugal.
  
• Seguimos por la rua das Flores, donde empiezas a entender que el espíritu de Oporto habita en sus calles. Esta está llena de cafeterías y restaurantes y nos conduce hasta el Mercado Ferreira Borges, que, con su llamativo hierro rojo, se construyó en 1885 y hoy en día aloja representaciones culturales.
  
• El Palacio de la Bolsa, un Monumento Nacional de estilo neoclásico que ofrece visitas guiadas por el interior (6 €), y la Iglesia de San Francisco, uno de los principales templos religiosos de Oporto y Monumento Nacional con catacumbas incluidas (3,5 €), están muy cerca.
• La Sé do Porto. Ha llegado el momento de adentrarnos en las callejuelas estrechas y sombrías de Oporto para subir a la catedral, la Sé do Porto. El hecho de que se alce de manera estratégica en lo alto de la ciudad, antiguamente protegida por las murallas, nos regala una panorámica llena de tejados y encanto, con el río Duero brillando al fondo. Entrar a la catedral es gratis, aunque su joya son los claustros revestidos de azulejos (6 €).
  
• Nos acercamos al río Duero. Puedes seguir andando hacia el este y, desde el barrio alto, bajar a la ribera a bordo del funicular dos Guindais, contemplando los restos de las murallas fernandinas.
• Nosotros decidimos adentrarnos en el barrio de Barredo, un laberinto de callejuelas de trazado medieval que cautivan con sus sombras, fachadas de piedra, ventanas abarrotadas de ropa tendida, escenas cotidianas… Y calma, una calma que será difícil de encontrar una vez llegados a la Ribeira. Bajando por las Escadas das Verdades, esta fue una de las zonas que más nos enamoró de Oporto.
  
• Y emergemos en la Ribeira, la zona más turística de Oporto, la más bulliciosa, la que se extiende junto al río Duero en un conglomerado de restaurantes que desprenden aroma a pescado, fachadas de colores cuyo encanto no puede esconder las ventanas rotas ni el aire de abandono (incluso aquí), viajeros disfrutando del sol junto al agua… La tentación de sentarte a tomar algo bajo la mirada del imponente puente de Luis I es demasiado grande. ¿Paramos a por un café o un vino? Un café en esta zona más turística nos cuesta 2 €.
  
  Si llegas a la hora de la cena, te costará elegir entre los afamados restaurantes de la Ribeira: Caravela da Ribeira, D. Tonho, Fish Fixe, Chez Lapin, Avó Maria, Casinha Sao Joao…
• El Ponte Luís I. Ya habrás visto el puente de Luis I desde todas las perspectivas, así que vamos a cruzarlo. Desde la Ribeira, lo más fácil es cruzarlo por la parte inferior, por la pasarela peatonal que transcurre junto a la carretera, aunque también puedes subir y cruzarlo por arriba, donde no hay coches y solo compartes espacio con el metro. Elijas la opción que elijas, las vistas del río y de la Ribeira son encantadoras.
  
• Vila Nova de Gaia y sus bodegas. Has llegado a Gaia, la ciudad al otro lado del Duero. Es un destino popular porque aquí están las célebres bodegas de vino de Oporto, aunque Gaia es un municipio aparte y, de hecho, es la segunda mayor ciudad de Portugal en cuanto a habitantes (después de Lisboa). Desde la Avenida de Diogo Leite, a orillas del río, disfrutarás de las vistas de la pintoresca Ribeira. Aquí siguen los restaurantes, cruceros por el Duero y puestos de artesanía, aunque el ambiente es más tranquilo. Entre los edificios de primera línea verás las primeras bodegas; las demás se esconden en las callejuelas secundarias.
  
  Tienen horarios europeos: cierran al mediodía y la última visita es alrededor de las 17:00, así que las dejamos para el segundo día de ruta por Oporto y volvemos al puente, pero esta vez no iremos a pie…
• Teleférico de Vila Nova de Gaia. ¡Subimos al teleférico de Gaia! Las cabinas te transportan desde la orilla del río hasta lo alto del puente de Luis I. El trayecto es bastante caro (5 € + regalo de una cata de vino) para lo corto que es, pero sarna con gusto no pica ya que contemplamos, a vista de pájaro, la Ribeira y Gaia. Empieza a atardecer, y las vistas son preciosas…
  
• Cruzamos de nuevo el puente, esta vez por la parte superior, mientras la luz del atardecer tiñe de colores el barrio. Qué bonita postal… Nos adentramos de nuevo en la ciudad porque nos queda un lugar muy especial por ver ver antes de que cierren las tiendas.
• Lello e Irmão, la librería más bonita del mundo. Dicen de esta librería histórica, que ocupa un edificio en la Rua das Carmelitas desde 1906, que es una de las librerías más bellas del mundo. Y sí, es una delicia: el techo alto rematado por las preciosas vidrieras, los miles de libros… Y, por supuesto, su monumental escalera roja, donde nadie deja escapar la ocasión de tomarse una foto. Dicen que inspiró a J.K. Rowling, cuando vivía en Oporto e imaginaba las novelas de Harry Potter, en algunos detalles de Hogwarts, y no cuesta creerlo.
  
  Esta librería recibe tal afluencia de visitantes que cobra entrada: 3 € que después te descuentan si compras un libro. Si vas acompañado, las entradas se suman para el descuento. Habíamos leído que mejor visitar Lello e Irmão a primera hora de la mañana, para evitar las aglomeraciones, pero fuimos un ratito antes del cierre y tuvimos la suerte de poder disfrutarla sin apenas visitantes.
• Al lado de la librería, entra en A Vida Portuguesa, otra tienda preciosa, tanto por el espacio que ocupa como por los detalles portugueses que vende, desde latas de sardinas con diseños ideales para regalar hasta antigüedades. La planta baja pertenece a otro establecimiento, mientras que A Vida Portuguesa está en el primer piso.
  

Día 2: alrededores, bodegas de Gaia y centro histórico

Ruta por Oporto 2: marcada en el mapa en color azul

En nuestro segundo día en Oporto nos dio los buenos días la lluvia, así que decidimos subirnos a un bus turístico para ver la ciudad más allá del centro histórico.

• Oeste de Oporto. Los jardines del Palacio de Cristal, el diseño contemporáneo de la sala de conciertos Casa da Música, la arquitectura Art Déco de la Casa Serralves y el Museo de Arte Contemporáneo de Serralves son algunos de los lugares por los que pasamos y a los que puedes dedicar tiempo si te quedas unos días más en Oporto.
  
• El mar (Nevogilde y Foz do Douro). La ruta sigue hasta llegar al mar, donde puedes visitar el Forte de Sao Francisco Xavier (Castelo do Queijo) o la Fortaleza de Sao Joao da Foz y el faro vecino, el Farol de Felgueiras. En verano, con las playas, esta zona seguro que tiene mucho más encanto, pero en invierno, con lluvia y niebla estaba tan desértica que la pasamos de largo. Nos adentramos en la desembocadura del Duero en dirección a la Ribeira, cruzamos el puente de Luis I… ¿Destino?
• Las bodegas de Vila Nova da Gaia. Si el primer día no las has visitado por falta de tiempo, la mañana del segundo día es un buen momento para visitar alguna de las bodegas de vino de Oporto, un vino que se caracteriza por su sabor dulce, resultado de cortarle la fermentación con aguardiente. Consulta antes el horario, porque cierran al mediodía.
  Hay tantas bodegas que es imposible pasar por todas (a no ser que tengas mucho tiempo y un hígado resistente), pero, para conocer los secretos de elaboración del delicioso vino de Oporto y catarlo, estas son de las más célebres:
  • Ferreira, Ramos Pinto, Calem, Sandeman, Taylor’s, Graham’s.
  • Si has subido al teleférico de Gaia, con la entrada tendrás una cata gratis de un vino en las bodegas Quevedo Port Wine, que no pertenecen a la categoría de bodegas históricas, pero están bien para tomar una copa y comer algo en una sala acogedora.
• Rua Santa Catarina. De nuevo volvemos al centro de Oporto (menos mal que las distancias son cortas y en un momento te plantas de un lado a otro) y nos dirigimos a la Rua Santa Catarina, la calle comercial por excelencia de la ciudad. Es una vía peatonal que nace junto a la iglesia de San Ildefonso, en Batalha, y que transcurre entre un sinfín de tiendas, cafeterías y restaurantes. Hacia el principio verás el Majestic Café, quizás la cafetería más célebre de Oporto, que abrió en 1921 y todavía conserva una exquisita decoración Art Nouveau. Eso sí, la fama se paga, y para muchos visitantes, el precio (4 € un café) no compensa la experiencia.
  
• Mercado de Bolhao. A la altura de la Capela Das Almas, tumbamos a la izquierda para visitar el mercado de Bolhao, en funcionamiento desde 1914. Se le nota la edad, y que ha visto mejores días. Los comercios se dividen alrededor de un patio principal en varios pisos, y además de fruta, pescado, carne o flores, hay puestos de souvenirs bastante baratos. Pero todo se rodea de un aire ruinoso, como si se tratara de un viejo mercado de pulgas.
  
• Merienda en Confeitaria de Bolhao. Pero merece la pena llegar al mercado para merendar en una joya de pastelería que encontrarás justo enfrente. La Confeitaria de Bolhao nos atrajo porque no dejaban de entrar y salir portugueses y, una vez dentro, supimos que habíamos elegido bien. En esta confitería centenaria (abrió en 1896), los mostradores rebosan dulces tradicionales y panes de lo más tentadores. Al fondo hay una cafetería donde tomar asiento, y también tienen restaurante. Y a buen precio: una merienda para 3 con nata, tarta de merengue y lima, croqueta de bacalao y cafés nos costó 8 €.
• Torre dos Clérigos. De nuevo cruzamos la Avenida de los Aliados para visitar un lugar que ayer encontramos cerrado: el mirador de la Torre dos Clérigos. Junto a la iglesia del mismo nombre, esta torre se alza 76 metros y ofrece una de las mejores vistas de Oporto, si no la mejor. Tras comprar la entrada, te esperan 240 peldaños hasta arriba, aunque la escalera es bastante amplia y solo en el tramo final tienes que apartarte si baja gente. Hay dos miradores, ambos circulares y pequeñitos, pero con unas vistas maravillosas de Oporto.
  
• Universidade do Porto. Para terminar el día, llegamos hasta la bonita Praça de Gomes Teixeira, donde se encuentran la Universidad de Oporto y las iglesias do Carmo y dos Carmelitas. Siguiendo por la Rua do Carmo, encontrarás cafeterías y establecimientos tradicionales, como el Café Piolho.
  

Horarios y consejos

Para terminar esta guía de Oporto en un fin de semana, aquí tienes algunos últimos consejos:

• Recuerda que en Portugal es una hora menos que en España. 
• Los horarios de la ciudad son europeos. Se come pronto (sobre las 12:00 – 13:00) y se cena también pronto, a partir de las 20:00. Los pequeños comercios cierran al mediodía.
• Si dispones de más días en Oporto, una excursión habitual entre los viajeros es la que visita las ciudades de Braga y Guimaraes.