Meet me tonight in Atlantic City
En 2010 vivimos durante un mes en Nueva York, y uno de los destinos que no podía marcharme sin conocer es Atlantic City, Las Vegas del este; un complejo de casinos, playas y contrastes situado en la costa de Nueva Jersey.
Mi razón para visitar la ciudad, a veces descrita como decadente, se encontraba en el álbum Nebraska (1982), de Bruce Springsteen. Grabaciones íntimas teñidas de oscuridad, de personajes enfrentándose a puntos de inflexión, de una atmosfera de inevitabilidad con un repunto de esperanza. Entre ellas, Atlantic City.
Tras crecer en compañía de la voz de Springsteen y del retrato de las malogradas ciudades de su Nueva Jersey natal, me apetecía mucho conocer Atlantic City, una dama que empeñó su alma y se convirtió, así, en la nostálgica dueña de canciones y películas… ¿Nos acompañas a descubrirla?
La ciudad que vendió su alma al diablo
Hasta mediados del siglo XX, Atlantic City, con su muelle y sus playas, era uno de los destinos vacacionales por excelencia de la costa este de los Estados Unidos. Aquella época de esplendor, gángsters, espectáculos de variedades y copas clandestinas tiene una representación magnífica en la serie de la HBO Boardwalk Empire, en la cual Steve Buscemi lucha a golpe de billete por el control de la ciudad durante la Ley seca. También el antihéroe por excelencia de Nueva Jersey, Tony Soprano, pisó la ciudad en la ficción.
Pero no es oro todo lo que reluce, y tras el abarrotado Boardwalk, Atlantic City se hundía. Y entonces, en 1978, llegaron los casinos. La ciudad vendió el alma al diablo y legalizó el juego a cambio de la promesa de un futuro mejor, y junto al mar aparecieron los primeros gigantes de hormigón, salpicados de luces de colores y suntuosos reclamos.
Llegaron los primeros autobuses desde Nueva York, colmados de jugadores en busca de un golpe de suerte. También se instalaron allí el crimen organizado y los sobornos. Comenzó a resonar el ruido de las tragaperras y a perfilarse la Atlantic City que hoy en día descubrirás; la de los grandiosos palacios del juego; la de las tiendas de prestigiosas marcas. Pero también la de los contrastes; la de dos universos contiguos separados por una línea abismal.
Tras la canción de Springsteen
¿Qué precio pagó la ciudad por convertirse en la sede de los casinos de la costa este? En cuanto comenzamos a pasear por Atlantic City, la letra de la canción de Springsteen fue cobrando forma.
La canción arranca con un acontecimiento real, el asesinato en Philadelphia de Philip Carlo Testa, The Chicken Man, uno de los jefes de la mafia de la zona.
Tras el episodio, el narrador retrata su cruda situación. Lleno de deudas, en tiempos turbulentos, se plantea huir y encontrarse con su pareja en Atlantic City. Aunque su amor se ha enfriado, todo lo que muere puede renacer…
but maybe everything that dies someday comes back.»
Por ello, para no acabar en el lado equivocado de la fina línea entre «winners and losers», el narrador ha aceptado un trabajo comprometido (¿crimen organizado?) con la esperanza de una nueva vida y de una oportunidad para su pareja, a la que pide que se arregle para una noche en Atlantic City. La precariedad enfrentada a la prosperidad; la inevitable muerte enfrentada al sueño de la arena dorada.
«Down here it’s just winners and losers and don’t
get caught on the wrong side of that line.
Well, I’m tired of comin out on the losin end
so, honey, last night I met this guy and Im gonna do a little favor for him.»
Aunque existen mil y una interpretaciones de la canción, creo que es también una metáfora de la historia de la propia Atlantic City. Una ciudad que aceptó transformarse a cambio de que también cambiara su suerte, y que tuvo que enfrentarse al enriquecimiento de algunos y al empobrecimiento más absoluto de otros.
Es una canción sobre el renacimiento, pero también sobre la desilusión que acarrea, sobre la incapacidad de barrer de un golpe la incómoda realidad que se esconde más allá del muelle.
Qué visitar en un día en Atlantic City
De noche: los casinos
Y es algo que se observa a simple vista nada más llegar a la ciudad. Tras los grandes casinos, como el Trump Taj Mahal, el Bally’s o el Caesars, y las avenidas principales, The Boardwalk, Atlantic Avenue y Pacific Avenue, las calles que se adentran en la ciudad muestran una casa de empeños tras otra, clubes de streptease, descampados, edificios venidos a menos.
¿Cuál es la auténtica Atlantic City? Imposible decirlo, aunque creo que es imprescindible vivir sus dos facetas. De noche, visitamos los casinos. No he estado en Las Vegas e imagino que Atlantic City no es más que una hermana pequeña y desaventajada, pero es impresionante ver cómo los autobuses llenos de neoyorquinos descargan en los aparcamientos de los casinos, que conducen directamente al interior.
Las hileras de máquinas tragaperras, en las que puedes sentarte durante horas mientras te llenan la copa gratis. Los túneles que conectan un casino con otro, sin que en ningún momento tengas contacto con el exterior. Un universo donde olvidar y ganar. O perder.
La entrada a los casinos es gratuita, y en el interior no está permitido tomar fotos. Nosotros jugamos un rato y cada pocos minutos alguien se acercaba para pedirme el DNI (la edad legal para jugar en AC son 21 años), así que pronto decidimos marcharnos. Pero, ¡sorpresa!, fue casi misión imposible encontrar la salida. Entre luces y sonidos abrumadores, ninguna puerta conducía al exterior, así que dimos vueltas y más vueltas hasta aparecer de nuevo en el mundo real.
Vocabulario útil si visitas los casinos | |
---|---|
Jugar | To gamble |
Apostar | To bet |
Tragaperras | Slot machine |
1 cént. / 5 cént. / 25 cént. de dólar | Penny / Nickel / Quarter |
Ficha | Chip |
De día: The Boardwalk, el muelle marítimo
Durante el día, paseamos por The Boardwalk, el corazón de la ciudad. Es un bonito muelle de madera de 9 km flanqueado, a un lado, por las fachadas de colores de tiendas y casinos; y por el otro, por las playas de arena clara y las atracciones de feria.
Puedes alquilar una bicicleta, aunque recorrerlo andando es muy agradable, deteniéndote en las tiendas de souvenirs que han conocido tiempos mejores; probando el Salt Water Taffy, el dulce típico de Atlantic City (el más famoso es el de Fralinger’s); contemplando los carteles que anuncian tarotistas y que prometen revelar el futuro en una ciudad marcada por el pasado.
En el centro comercial The Pier Shops, frente al Caesar’s, encontrarás las tiendas más lujosas de la ciudad. Allí tiene lugar, a diario, un espectáculo acuático gratuito. Muy cerca se encuentran las atracciones de la feria.
Compras y outlets en Atlantic City
Además de complejo de ocio, Atlantic City también es popular entre los estadounidenses porque reúne muchas tiendas outlet de grandes marcas alrededor de Atlantic Avenue, donde comprar ropa a precios bajos.
Aunque, una vez más, la ciudad deja entrever sus contrastes y, a pocos metros de las mejores tiendas norteamericanas, encontrarás pequeñas pizzerías y cafeterías de barrio donde comer por pocos dólares en mesas de formica en las que la grasa se ha impregnado de manera casi irrevocable. Pequeños reductos ajenos al dinero que se mueve un poquito más allá.
Atlantic City es una ciudad de nostalgia, de sueños rotos, de fortunas; artificial y malograda, resplandeciente y olvidada. Aunque no suele incluirse en los viajes cortos por la costa este, me encantó visitarla y nos subimos al autobús de vuelta a Nueva York tarareando, todavía, aquella canción sobre almas perdidas. Meet me tonight in Atlantic City…
Información práctica para viajar a Atlantic City
Alojamiento en Atlantic City. Para disfrutar del ambiente de AC, tienes que vivirla una noche. Hay muchas opciones céntricas para dormir. En temporada baja, los casinos tienen buenas ofertas; si lo prefieres, también encontrarás moteles céntricos y baratos.
Recursos. Guía de AC | Casinos principales: Bally’s, Caesar’s, Harrah’s, Tropicana, Trump Taj Mahal.
Cuándo visitar Atlantic City. La época más animada es de mayo a septiembre; el resto del año, es mejor visitarla en fin de semana, ya que suele haber poco ambiente.
Cómo llegar a Atlantic City. NY-AC: No hay tren, solo autobús. 2 h de trayecto. Si quieres jugar, hay una línea de Greyhound, Lucky Streak, que te deja en los casinos y te regala crédito (unos $40.00 i/v). Si no, cualquier bus de Greyhound te sirve (unos $40.00 i/v). Philadelphia-AC: 1.30h de trayecto. Unos $12.00 en el bus de Greyhound. Nosotros hicimos NY – Washington – Philadelphia – Atlantic City – NY.
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