Una noche medieval en el Palau Requesens, en Barcelona

Las intrincadas calles del Barri Gòtic de Barcelona cobijan una sorpresa tras otra. Frente a la plaza de Sant Just, una de las más agradables para tomar una cerveza en las tardes de verano en la ciudad, se esconde el que en tiempos medievales fuera el mayor palacio privado de Barcelona: el Palau Requesens.

Este precioso palacio alberga la sede de la sociedad literaria Reial Acadèmia de les Bones Lletres y está cerrado al público. Puedes descubrirlo durante las celebraciones de Corpus, cuando su patio se engalana para acoger la curiosa tradición de l’ou com balla… O durante las noches de verano, cuando la cena medieval en el Palau Requesens llena de historia y de fuego el palacio.

Espectáculo medieval en el Palau Requesens

Visitamos el palacio una tarde de julio. Paseando por las calles aledañas, nos esperaba la primera sorpresa: el Palau Requesens está construido sobre parte de la muralla romana de Barcelona y de sus torres en la calle Sots-Tinent Navarro, muy cerca de la Plaça Sant Jaume. A pesar de que se levantó en el siglo XIII, cuando la calle Lledó servía de hogar a los palacios nobles más importantes de Barcelona, el Palau Requesens fue reformándose con el tiempo, y hoy en día presenta el aspecto de una construcción gótica.

La noche medieval comenzó a las 19:45 en el patio del palacio, donde disfrutamos de una copa mientras esperábamos al resto del grupo. Los grupos son pequeños, de unas 30 personas, y había asistentes de todas las edades. A modo de bienvenida, nuestros nobles particulares se batieron en una caballeresca lucha de espadas.

El Barri Gòtic de Barcelona desde la torre del palacio

Tras el breve duelo, llegó una de mis partes favoritas de la noche: la visita a la terraza del palacio. Una escalinata da acceso a la planta noble, repleta de estancias que parecen detenidas en el tiempo. Contribuyen a la sensación los rostros de ciudadanos ilustres que te escudriñan desde las paredes, como Antoni Gaudí. El palacio sirve como lugar de trabajo a los miembros de la Reial Acadèmia de les Bones Lletres, por lo que no puede visitarse con detalle, pero las explicaciones de nuestra guía acerca del edificio y de Isabel de Requesens, virreina de Nápoles, completaron la imagen de un lugar lleno de historia.

Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. Un pequeño ascenso por una escalera cada vez más estrecha… y nos encontrábamos en lo alto de la torre, con las demás agujas del Barri Gòtic de Barcelona elevándose en todas direcciones mietras el sol comenzaba a caer. La Catedral, las hileras de ventanas de la Plaça del Rei, el campanario de la basílica de Sant Just i Pastor, la cúpula de Santa Maria del Mar, las chimeneas y antenas… Al fondo, en dirección a la montaña, el templo del Tibidabo; y en dirección al mar, el teleférico del puerto y el Hotel Vela.

Unas vistas espléndidas e inusuales de uno de los barrios más fascinantes de Barcelona inscritas, además, en la historia de la Barcino romana. Si quieres seguir descubriendo la Barcelona romana, justo al lado, en el número 7 de la calle Lledó, se encuentra el hotel Mercer, donde se conservan parte del paso de ronda y dos torres de vigilancia de la muralla romana (accesibles al público por considerarse patrimonio de la ciudad) . Aquí te muestro otros rincones.

Tras ver atardecer sobre Barcelona desde la torre del Palau Requesens, seguimos descubriendo los rincones del palacio, como el precioso patio de la foto (la fuente propulsa durante el Corpus l’ou com balla), de la mano de nuestra guía.

¡A la mesa! Cena medieval en el palacio

Tras la visita guiada, que duró aproximadamente una hora, era momento de sentarnos a la mesa en la planta baja del palacio, antiguamente dedicada a las caballerizas y a las estancias del servicio. Sumidas en una iluminación tenue, las mesas, individuales, nos esperaban con nuestro menú (opción normal o vegetariana), fruta fresca, vino y una tacita de piment (vino especiado). La cocina es moderna, aunque se inspira en la refinada gastronomía de los siglos XII-XV, y la cena consiste en una degustación de tres entrantes, un plato principal y una mousse con crema de avellana seguida de café, todo ello amenizado con una pequeña danza.

Espectáculo final y conclusiones

Concluida la cena, salimos de nuevo al patio para disfrutar del espectáculo final. Con la oscuridad nocturna y la música como telones de fondo, el protagonista del espectáculo fue el fuego. La compañía que lo escenifica es pequeña (tres personas), pero las danzas, malabarismos y acrobacias con fuego fueron un cierre perfecto a la velada.

Disfrutamos mucho de la cena medieval en el Palau Requesens, en especial por la posibilidad de descubrir este palacio histórico en una noche muy especial en Barcelona. Los espectáculos, aunque algo cortos, también merecieron la pena. El único ‘pero’ de la velada es el precio (69.50 € por adulto), que a mi parecer es un poquito caro. Nosotros lo compramos a través de Letsbonus y nos costó unos 55 € por persona, y el espectáculo también se anuncia a través de otras páginas de descuento, por lo que merece la pena consultarlas antes de comprar las entradas. Por el resto, fue una velada que repetiría sin dudar. Ya estoy deseando probar, también, las cenas bajo las estrellas en el Observatori Fabra, que organiza la misma empresa.

Información sobre las noches en el Palau Requesens